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Esperanza Roca del Rey

Mi madre nació en Durón / Guadalajara. Su padre era el Secretario del Ayuntamiento de Durón.

Haremos una visita primero a su pueblo para que veais lo bonito que es. Está junto al río Tajo, hoy embalse de Entrepeñas...

En la época cuando mi madre era pequeña, estaba el río con sus puentes cerquita del pueblo y los baños de Mantiel que frecuentaba su padre Saturnino... y por donde jugó de pequeñita correteando por la ermita de la Virgen de la Esperanza cuando estaba junto al río, hasta que fué adolescente y su mudaron a Budia, al conseguir mi abuelo Saturnino Roca, la plaza de secretario del Ayuntamiento de Budia.

Allí fué donde mi padre la conoció y se casaron.

Mi madre fué la más pequeña de sus hermanos y cuando tenía muy pocos años murió y resucitó cuando tenía ya hecha la caja y el vestido de amortajar.

En aquellos tiempos fué como un milagro. De hecho en la ermita de la Virgen de la Esperanza dejaron sus padres el vestido que le habían hecho para enterrarla en el gabinete de la Virgen y todavía hoy debe conservarse.

Durón es Ayuntamiento propio, pertenece al partido judicial de Guadalajara, dista de la capital 55 kilómetros está a una altitud sobre el nivel del mar de 755 metros y tiene una población de derecho de 110 habitantes.

Se asienta casi en el centro de la comarca de La Alcarria, famosa por su rica miel; a la orilla derecha del pantano de Entrepeñas y al pie de un montículo rocoso que le protege de los frios vientos del norte.

El origen del pueblo Durón es muy antiguo, pues es clave su situación sobre el Tajo y cruce de caminos hacia la meseta alcarreña.

Tras la reconquista de la Transierra, en 1085, por Alfonso VI de Castilla, quedó extendido hasta esta orilla del Tajo el territorio propio de la Comunidad de Villa y Tierra de Atienza.

Durón fue elegido como cabeza de un sexmo de esta comunidad, pasando luego a depender del Común creado en torno a Jadraque.

Contodo él paso en el siglo XV al señorío de los Carrillos, por donación que el rey Juan II hizo de esta tierra a su cortesano don Gómez Carrillo y su mujer doña María de Castilla.

En 1478 el hijo de estos, don Alfonso Carrillo de Acuña, cambió su señorío jadraqueño con amplio territorio por la villa de Maqueda y la alcaldía Mayor de Toledo, que le ofreció don Pedro González de Mendoza, gran Cardenal de España.

Este fue, pues, el primero de esta casa noble que lo poseyó, y luego fue pasando incluido en el «Condado del Cid» a los marqueses de Cenete y duques del Infantado.

Mi primo Eduardo, compró una casa noble de Durón (la veis en esta fotografía) y la ha reformado hace ya bastantes años. Es su segunda recidencia y la tiene muy bien conservada. En el jardín de atrás tiene una bodega enorme dentro de los Peñascos y se está maravillosamente con ellos charlando.

El sexmo de Durón comprendía las villas y aldeas de: Durón, Budia, El Olivar, Gualda, Picazo y Valdelagua.

Mi madre, quería mucho a Durón y fué la mujer más buena que os podais imaginar.

En Durón vivió mucho más tiempo que mi madre, mi tía Concha, que se casó en Durón y tuvieron una tienda de telas cerca de la iglesia. Me acuerdo de esos mostradores antiguos con los metros de madera y los rollos de tela en huecos cuadrados en una estantería interminable (al menos para mí, que era en aquel entonces muy pequeño).

Mi tía Concha era una de las hermanas mayores y mi madre se parecía mucho a ella. Elvira y yo la queríamos mucho y tratamos con frecuencia a mis primos, sobre todo a Conchita y Mauro... el resto eran más mayores que nosostros y hasta que no hemos tenido más 40-50 años no nos hemos tratado un poco en profundidad como primos con ellos.

Mi madre, se casó al poco de morir su padre. Vivía por entonces con su hermana Mercedes cuando mi padre pidió su mano y se casaron en Budia. Su viaje de novios fué a Madrid.

En Budia, vivieron en la calle del Bronce con la abuela de mi padre, en el número 3. Allí nació mi hermana Elvira.

Su nieto Victor (hijo mayor de Elvira) le ha escrito, cuando murió mi madre, unos ripios que fotografían su caracter y dicen así:

ESPERANZA
(31-8-02)



¿Cómo te quiere la abuela?
Más que a nada en este mundo.
Con sus ojos te consuela,
cuando pierdes hasta el rumbo.

Ni un segundo se está quieta,
le traiciona la cabeza,
cada noche reza y reza,
alcanzó todas sus metas.

Dos y media, la comida.
Luego friega, en la cocina.
Su alma es una enorme mina,
“de oro y plata”, fue su vida.

Merece 1000 alabanzas,
nos dejó su amor y besos
no cometió nunca excesos,
y su nombre es Esperanza.

Su marido va a la compra,
mientras sacude la alfombra.
Quita el polvo del armario.
Tacha el día del calendario.

El Domingo, misa y nietos.
Pa´ desayunar fritillas.
“Joaquín súbete a la silla,
pa´ ajustar esta bombilla”

Por las tardes de paseo.
Recorrer el barrio entero.
Si hace sol, gafas oscuras.
Y en la tele, a ver “mihuras”

.Merece 1000 alabanzas,
nos dejó su amor y besos
no cometió nunca excesos,
y su nombre es Esperanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosas palabras que me han recordado a mi propia madre.

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